Un hombre trajeado viaja en el Metro. Utilizando frases clásicamente asociadas a la mendicidad, las invierte. En vez de anunciar precariedad económica y un estado de necesidad, afirma ser un banquero, sin cargas familiares, que no está perseguido por la justicia. Ofrece monedas a los viajeros, diciendo que si las cogen, ello le hará sentir mejor.